Hoy les voy a refrescar la memoria sobre una noticia que he vuelto a repasar años después, y como me sigue provocando estupor quiero compartirla. Esta noticia se publicó el 26 de abril de 2009  en elcorreo.com. Paso a transcribir el titular según aparecía en dicha fecha:

«Vendo riñón para pagar la hipoteca»

La crisis ha empujado a una treintena de residentes en España a ofrecer sus órganos a través de Internet para pagar deudas o evitar desahucios

26.04.09 -

CARMEN BARREIRO| BILBAO

No tengo ni idea si alguno de aquellos valientes tuvo la suerte o desgracia, depende del punto de vista, de conseguirlo. Aunque después de la que ha caído desde abril de 2009, las dacciones de pago, los desahucios, etc etc, alguno si fue separado de alguno de sus órganos estará pensando en por qué no se quedó con la pasta o por lo menos con su órgano. 

Ahora, tres años más tarde, los bancos tienen préstamos hipotecarios dudosos, morosos y fallidos; todos ellos garantizados con bienes inmuebles cuyo valor es en su mayoría inferior al valor de la hipoteca actual. Pero los bancos tienen que seguir dando préstamos, si quieren seguir viviendo, y siguen necesitando garantías para atrapar al prestatario; pero no quieren más viviendas, ni locales, ni solares; estos bienes raíces los tienen atragantados en sus balances y aunque tiran de la cadena no son capaces de que la mierda pase por el desagüe.

Pero las entidades financieras han encontrado una solución. A partir del año 2013 la concesión de un préstamo ira garantizado con un órgano. ¡Menuda garantía eh!. Que necesita 100.000 euros para un adosado pues un riñón; unos 25.000 euros para un BMW pues a dejar parte del hígado; unas pequeñas vacaciones de 5.000 euros marchando una de médula osea; y así un listado con todos los órganos que se pueden hipotecar.

Ahora a la primera cuota del préstamo impagada, ya sabe a pasar por chiqueros, jejejeje. Su órgano pasa al banco, que lo vende y recupera el dinero. Y aquí paz y después gloria.

Seguro con una garantía así no hubiéramos solicitado todas las operaciones crediticias que se solicitaron años atrás y que ahora estamos vomitando. Y lo que nos queda. Ahora, antes morir que perder la vida.